En 1994 el conductor de una excavadora que estaba removiendo tierras en la selva fue atacado en la oscuridad de la noche. Aunque no lo sabía, estaba destruyendo los jardines y los campos de caza de un grupo de familias ayoreo-totobiegosode. Uno de los indígenas, Esol, se vio obligado a salir de la selva en 2004. Aquí nos cuenta su ataque a la excavadora.
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