Los indígenas bolivianos conocen muy bien el impacto de la tala de árboles. La construcción de una carretera en medio del parque Isiboro-Sécure, tendría un impacto terrible sobre el ecosistema y la forma de vida de 64 comunidades. Por ello, se encuentran marchando hace más de 40 días, intentando que el gobierno de Bolivia los escuche y no construya el tramo carretero por esa ruta.
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